lunes, mayo 20, 2024
Historias

Santo Tomás: entre lo divino y lo profano

Por: Moisés Carrillo García

Es completamente innegable la huella que han dejado las tradiciones religiosas en nuestra cultura latinoamericana, traídas, desde luego, por los sacerdotes evangelizadores. Costumbres apropiadas por los habitantes de nuestros pueblos, quienes las han defendido a capa y espada, incluso, en contra de la misma Iglesia Católica.

Este es el caso de la flagelación. Una práctica que se ha mantenido en Santo Tomás, municipio ubicado en la margen oriental del departamento del Atlántico. Una población de río, famosa por su carnaval, sus calles verdes y esta práctica que nadie puede explicar cómo aún se ha logrado mantener.

La flagelación ha sido estudiada por diversos científicos sociales, autores y periodistas de distintos lugares del mundo. Sin embargo, hoy exploramos las razones que la sustentan a partir de diversas miradas: La sociología, la psiquiatría, la historia, la postura oficial de la Iglesia Católica y la vivencia de quienes la han llevado a cabo.

En Santo Tomás no sólo se practica la flagelación, sino otro tipo de ‘mandas’ o sacrificios que se realizan, según lo cuentan sus protagonistas, tras recibir un favor recibido por Jesucristo; a quien le prometen ‘picarse’ a cambio del milagro.

Según el relato popular, los flagelantes deben salir varios años a pagar lo pactado y regalar un tiempo más. Incluso, algunos comienzan a experimentar una serie de estigmas antes del viernes de la Semana Mayor, que le indican que debe flagelarse.

Hoy en día la Iglesia Católica se opone a que se paguen las ‘mandas’ y esta postura tomada después del Concilio Vaticano Segundo le ha costado la furia de los habitantes de la población.

Conoce más de esta práctica que hoy en día se debate entre lo divino y lo profano, a través del relato sonoro que compartimos en esta publicación.